Algunos errores de redacción habituales están relacionados con no saber elegir adecuadamente el uso de recursos de escritura tales como los gerundios, tópicos, eufemismos, muletillas y otros similares.
Dependiendo del tema a tratar en una redacción se pueden aplicar distintos tipos de técnicas de estilo en la escritura. Algunas palabras y expresiones pueden no ser las más adecuadas en determinados contextos. Este es el caso de las redacciones con fines comerciales, que tienen características distintas en comparación con las redacciones con fines científicos, jurídicos o los escritos para literatura como las novelas y cuentos.
En este artículo describiremos cuáles son aquellas palabras y frases que deben de ser evitados en distintos tipos de redacción. Cuando se utilizan incorrectamente tienen la particularidad de hacer que un escrito pierda características tan importantes como el estilo y la coherencia. Estos consejos que se mencionan a continuación serán especialmente útiles para quienes estén interesados en aprender a desarrollar técnicas de copywriting.
Palabras que se deben de evitar
El lenguaje escrito es tan diverso y amplio que aprender a utilizarlo correctamente y con estilo puede llevar muchos años de práctica. Los escritores saben que aprender ciertas técnicas de escritura puede ayudarles a que desarrollar un contenido de mejor calidad.
Partiendo de esta idea, por ello se deben aprender a evitar la utilización de ciertas palabras, expresiones y frases; las cuales pueden hacer que un escrito pierda o gane valor si se utilizan en el contexto adecuado. A continuación se describen cuáles son algunas de las palabras que deben ser evitadas durante el proceso de escritura.
Gerundios
La utilización de los gerundios no es recomendable debido a que tienen una sonoridad poco agradable al oído. Si se utilizan demasiado dentro de una redacción podría dar como resultado que el lector sienta incomodidad al leer estas palabras, en ocasiones suenan como si estuvieran fuera de contexto.
Además estas palabras no justifican su uso cuando pueden ser remplazadas por otras. Tienen un sonido “extraño” el cual es un efecto poco deseado por los escritores de literatura, cuentistas y poetas. Se le llama con el término de “gerundio de posterioridad” y se caracteriza por indicar una acción que es posterior al verbo principal. Un ejemplo de una oración utilizando un gerundio es la siguiente: estuvo todo el día en casa, yéndose al final de la tarde al cine. Como se puede apreciar en este ejemplo, suena extraña la elección de las palabras y el orden que se establece en dicha oración.
Adverbios terminados en “mente”
Los adverbios son palabras que comúnmente se utilizan en el lenguaje cotidiano, sin embargo cuando se trata de realizar redacciones con fines comerciales pueden no tener lugar en este contexto.
En la mayoría de los manuales de estilo en escritura se recomienda evitar abusar de utilizar de adverbios cuya terminación sea “mente”. Algunos escritores profesionales afirman que estas palabras pueden ser una solución que aporta resultados poco efectivos y que además empobrece el estilo del discurso.
Estos adverbios se forman a partir de la unión de un adjetivo con un sufijo. Se utilizan con la finalidad de describir y exaltar la forma en la cual se desarrolla una acción relaciona con el verbo. Sin embargo, estas palabras terminan siendo utilizadas con la finalidad de Intensificar al adjetivo. A continuación se muestra un ejemplo:
- Es un proyecto que puede terminarse rápido sin contratiempos
- Es un proyecto que puede terminarse rápidamente sin contratiempos
Es estas oraciones se muestra que el uso de los adverbios terminados en “mente” no siempre son necesarios. Su utilización no hace que cambie el sentido de la oración. No está prohibido su uso, sin embargo debe hacerse con moderación.
Sucesiones de verbos en infinitivo
También se recomienda evitar la utilización de la perífrasis en exceso debido a que el efecto que se consigue es el de un estilo con poca gracia y fluidez. La sucesión continuada de verbos puede prestarse a confusiones. Es relevante en aquellos casos en donde el lector tiene poca habilidad y experiencia en la lectura.
Por la forma en la cual están ordenadas estas palabras el lector no sabrá exactamente de qué ese está tratando una oración. Lo mejor es encontrar otras variantes o alternativas que sean más concisas en lo que se trata de describir
Palabras comodín
Se denomina palabras comodín a aquellas que tienen diversas acepciones que son aceptadas por la mayoría de las personas. De esta manera se evita la utilización de palabras que pueden precisar y describir de una mejor manera aquello que deseamos expresar. Las palabras comodín suponen la sustitución de palabras que son más adecuadas para el discurso.
A estas palabras también se les llama “palabras baúl”, se caracterizan por ser palabras que pueden abarcar múltiples significados. Un buen ejemplo de este tipo lo encontramos en la palabra “cosa”, la cual puede designar distintos objetos e incluso situaciones e ideas. En ocasiones estas palabras tienen sinónimos cuya procedencia es más concreta.
Muletillas
Las muletillas son palabras que desde el punto de vista de la lingüística no aportan ningún tipo de valor al discurso. Estas palabras se podrían considerar como un error en el lenguaje verbal, debido a que se utilizan con el pretexto de lograr facilitar enlazar oraciones. Las muletillas podrían enfatizar, omitir o incluso sustituir a otras palabras.
Las muletillas en algunos casos pueden ser comprensibles, lo cual sucede habitualmente en el discurso oral, ya que forman parte de la cotidianidad de un determinado grupo de personas. Sin embargo, las muletillas utilizadas en un país o en una región suelen no ser entendidos en otros lugares en los cuales no están familiarizados. Por lo tanto el uso de algunas muletillas es un rasgo de una población limitada.
Algunos ejemplos de muletillas los encontramos en expresiones como las siguientes: “o sea”, “pues nada”, “este”, “y es que” y otros más. Desde el punto de vista del estilo de escritura, las muletillas constituyen un discurso que tiene poca gracia y que además suponen una demostración de no poseer suficiente habilidad en el uso del lenguaje.
Repeticiones
La repetición innecesaria de palabras puede generar problemas con la coherencia de una redacción. Entendiendo que la relación que se crea en la estructura de un texto con respecto a cada una de sus partes, las palabras y las oraciones tienen funciones determinadas. Es posible evitar el abuso de la repetición de un mismo término mediante la utilización de sinónimos. Facilitan sustituir palabras por otras como los pronombres.
Frases que no deben ser utilizadas
Algunas oraciones pueden generar en el lector rechazo e incluso incredulidad. Esto es común en las expresiones superlativas las cuales se caracterizan por resaltar ideas y cualidades que no se ajustan a la realidad. Para convencer al lector acerca de un beneficio, utilidad o cualidad se puede escribir de una forma mucho más creativa.
En las redacciones comerciales las oraciones superlativas es uno de los recursos más utilizados. Pero con su utilización se está incurriendo en un grave error de escritura, que busca persuadir al lector para que realice una determinada acción. También hay otro tipo de frases que deben ser evitados o no abusar de su uso los cuales se mencionan a continuación:
Frases largas
Mantener un equilibrio entre la utilización de frases cortas y largas es una buena técnica de escritura. El estilo con el que se escribe una redacción se basa en saber utilizar distintos tipos de recursos lingüísticos y gramaticales, de una forma en la cual no se aprecie el exceso del uso de alguno de ellos. Por lo general la utilización de una mayor cantidad de frases cortas integradas con algunas frases más largas es lo más recomendable
Además, resulta mejor utilizar oraciones cuyas estructuras sean simples. En comparación con las oraciones subordinadas, las cuales no suelen ser empleadas debido a que entorpecen la fluidez de la lectura. En cuanto más largas y complejas sean las oraciones esto supone que el lector tenga dificultades en comprender la lectura. Redactar significa poner las cosas más fáciles y claras para el lector.
Tópicos
Los tópicos se relacionan con la pobreza léxica del lenguaje. Se definen como expresiones que son triviales e incluso vulgares según algunas opiniones. Su uso sin embargo es bastante común en ciertos grupos de personas que ya acostumbras utilizarlos porque se consideran parte del lenguaje informal y cotidiano. Algunos de los tópicos más conocidos del idioma español son los que se mencionan a continuación:
- Rectificar es de sabios
- La vida hay que disfrutarla
- Estrecha colaboración
- Una forma diferente de hacer las cosas
Eufemismos
Los eufemismos se definen como expresiones o formas de referirse a una realidad de manera atenuada. El autor de un texto decide su utilización, pero estos desde un punto de vista formal del uso del lenguaje se consideran que son un recurso ilícito de palabras que podrían ser sustituidas. En algunos casos son censurables, ya que pueden hacer que se oculte, disimule o se evite una realidad.
Uno de los eufemismos más comunes es la siguiente expresión: “reajuste de planilla”. Se utilizará para hacer referencia a la eliminación de algunos empleados para que dejen sus puestos laborales. Es una expresión que se presta a confusión, ya que algunas personas lo podrían interpretar como referencia a alguna ampliación o reforma con una connotación más positiva. Hay una gran variedad de eufemismos, como es el caso de la expresión “estirar la pata”; la cual es una manera poco respetuosa de referirse a la muerte.
Redundancias
Las redundancias se refieren a aquellas oraciones que están compuestas por palabras que tienen significados similares. Es decir, una de ellas está reafirmando una idea que ya está siendo descrita por otra. Son oraciones que desde el punto de vista ortográfico están correctas, pero gramaticalmente suponen un problema por ser redundantes. Algunos ejemplos de oraciones con redundancias son: subir arriba alto, bajar abajo, entrar dentro, salir afuera a la calle, negro oscuro y otros más.
La utilización de palabras superfluas en los textos supone la posibilidad de hacer un uso lenguaje de una manera más “económica”. En ocasiones se utiliza este recurso con la finalidad de hacer hincapié en alguna idea. Se resalta dicho concepto al repetir exactamente el significado de una palabra utilizando otra que tiene una acepción similar.
Colocar adjetivos delante del sustantivo
En ocasiones los escritores pueden utilizar este recurso lingüístico para modificar el sentido de una oración. Se puede hacer, sin embargo se tendría que hacer en función del significado que se le quiera brindar a una expresión. Cuando se antepone el adjetivo para añadir una apreciación subjetiva o en cambio valorativa, se está influyendo en el mensaje de dicha oración. Cuando se utiliza este recurso el estilo de escritura puede resultar recargado o excesivo. Se podría mencionar en una oración “prestamos un servicio exclusivo, eficiente y de calidad”. Pero sí colocamos un adjetivo delante del sustantivo podríamos tener como resultado una oración similar, pero diferente como la siguiente: “prestamos un servicio de calidad eficiente y exclusivo”.